No se si siquiera he utilizado alguna vez FIMO en el blog, pero sí que tengo.
Cuando lo compré mi objetivo principal era hacer miniaturas de dulces. Me había hado por la decoración excesiva y kawaii típica japonesa, de la cual aquí tenéis un ejemplo:
El caso es que a mi me apetecía probar, y aquí os enseño el resultado en mi primer intento:
¡Madre mia! ¡Se salva la rosquilla y a duras penas! Por si no sabéis bien lo que estais viendo, nos encontramos ante un cupcake, un helado, una piruleta, una tableta de chocolate y un bonbón. También experimenté un poco haciendo canes, de esos que luego cortas en rodajas y se usan en nailart, y podéis ver el resultado en la naranja.
¡Pero eso no es todo! no íbamos a dejar los dulces tal cual, ¡Había que decorar algo con ellos! y a mi no se me ocurrió otra cosa que...
...¡Un USB! (teneis que perdonar la calidad de las fotos, las hacía con la cámara de mi padre, ¡no teneis ni idea de la de años que tiene esto!) Ahí con cola de rejuntear azulejos que, por cierto, da el pego como nata perfectamente, me puse yo a customizar el único USB que tenía. Azul marino era, aquello no pegaba para nada, y así fue que todo se acabó despegando al cabo de unos meses. Pero oye, pa chula yo que hasta le puse purpurina por encima jajajajaja.
Aqui teneis una foto más actual de los dulces antiguos, junto con otros que hice después que como podeis ver están bastante mejor. Mis favoritos son los bombones, el de fresa y el de naranja, y también la tartita con nata y arándanos.
¡espero que os haya gustado este paseo por mis inicios en el fimo! La proxima semana tengo más para enseñaros ;)
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